la escultura única de Federico Assler

Ayer pude participar de una nueva versión de "menage a trois" interesante ciclo de charlas organizados por mi amigo Hugo Pérez  través del centro de arte contemporáneo CAC. En esta ocasión participaron Rodrigo de la Cruz, Federico Assler y Ronald Kay.

Finalmente, en la etapa de conversaciones con los asistentes, pude tener claridad acerca del desarrollo de la que considero la obra más enigmática de Federico, y es una excepción en su trabajo respecto a la manera de ejecutarse, y por ende su significado final.

Extraído de su libro recopilatorio, comparto las imágenes de la obra.

Fui invitado para realizar una escultura en Medellín. Ella participaría
en la bienal y posteriormente sería incorporada en la ciudad.
Al llegar pedí que me mostraran la ciudad y sus museos. Visité también
el importante museo antropológico, donde me sumergí en las esculturas
prehispánicas... Después de unos días de meditación y boceteos,
resolví realizar una escultura en la misma Tierra de Medellín, en el
suelo de los jardines del palacio de exposiciones donde se realizaba
la bienal.

El proyecto fue aceptado, inicié la excavación, porque utilizaría el
suelo-tierra como bloque.
Fuimos cavando la forma de la escultura con algunos percances de
desmoronamiento, por las continuas lluvias nocturnas. Cubrimos el
lugar con plásticos para poder trabajar. A los 5 días ya la forma
estaba. Introducimos polietileno para cubrir la superficie de la
tierra.

Colocamos una estructura de fierro y la pieza fue hormigonada el día
de la inauguración de la IV bienal. Cinco días de fragüe e iniciamos
la excavación utilizando una retroexcavadora y numerosos obreros cn
chuzos, palas, picotas y carretillas. La escultura fue apareciendo
lentamente de la tierra a vista del público de la bienal (una
verdadera excavación-expectación ante el emerger de esta escultura).

Posteriormente la obra quedó durante toda la bienal bajo el nivel de
suelo, concluida la exposición fue sacada con una grúa y colocada en
la ciudad.